domingo


  Antenas cósmicas


Un parte aguas tecnológico

En su libro titulado "El día después de Roswell" el coronel Philip Corso, ex miembro del Consejo de Seguridad Nacional del presidente Eisenhower (ver: Tratado de Greada) y de la Oficina de Tecnología Extranjera del Ejército de los Estados Unidos, narra sobre sus experiencias como parte del grupo de militares que estuvo a cargo de la remoción de los restos de la nave extraterrestre que se estrelló en Roswell (New Mexico) en 1947. Apenas dos años después de que finalizara la segunda guerra mundial.


Time line 2 - Roswell


De manera confidencial parte de los restos recuperados fueron enviados a diferentes laboratorios de los Estados Unidos de América para su análisis y mediante proyectos gubernamentales altamente clasificados surgirían diversas tecnologías de vanguardia inicialmente para uso exclusivamente militar. Posteriormente estos avances irían siendo liberados de manera paulatina para infinidad de aplicaciones que transformarían radicalmente a la sociedad civil de todo el planeta, colocando a dicho país en la vanguardia tecnológica.

Nota: Los hechos anteriormente mencionados sobre tecnologías de origen extraterrestre utilizados para aplicaciones militares, aunque obtenidas de otra manera, guardan total correlación con la Alemania nazi y las entregas procedentes de Aldebarán recibidas por María Orsic (y las mediums de la sociedad Vril).




Algunas de esas tecnologías recogidas en Roswell tanto de los restos de la nave como de los cuerpos de los tripulantes serían: Dispositivos de visión nocturna (derivada de las lentillas retiradas de los ojos de los ocupantes de la nave), así como el Kevlar resultado del estudio del tipo de vestimenta a prueba de rasgaduras utilizada por ellos. Igualmente de la nave fueron recuperados haces de fibra óptica, circuitos electrónicos integrados (predecesores de los actuales micro chips en sustrato de silicio), láseres de alta potencia de estado sólido y tecnología mental para control del aparato cuyo derivado directo contemporáneo sería la tecnología Neuralink.

Cuatro décadas después de aquellos acontecimiento, varias de esas tecnologías derivadas de ingeniería inversa extraterrestre involucrarían a quien esto escribe en nuevos proyectos militares y en nuevas tecnologías extraterrestres sobre las cuales, por ser clasificadas y financiados con presupuestos negros, se sigue encubriendo su existencia afirmando de manera oficial que no existen.

Yo nada puedo probar, ni pretendo que se me crea. Tan solo intento aportar aquí mi humilde testimonio personal.


Un destino marcado

Durante mi adolescencia mi pasión por la electrónica me llevaría primero a estudiar una licenciatura en física con una especialización en instrumentación científica, y más adelante a realizar un posgrado en ingeniería eléctrica (electrónica y el control).

Habiendo ingresado a la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México a finales de 1980 (FC-UNAM, generación 81) terminaba mis estudios en aquel trágico año de 1985 en que ocurriera el gran terremoto del 19 de Septiembre. Evento que causó severos daños en diversos lugares de la república mexicana, especialmente en la Ciudad de México (CDMX).

Pocos meses después, el 27 de noviembre de ese mismo año, sería puesto en órbita el transbordador Atlantis, llevando al espacio al primer astronauta mexicano: Rodolfo Neri Vela, y al satélite Morelos II.


De forma análoga al evento que me ocurriera al inicio de mis estudios de licenciatura en que durante un recorrido por entre los pasillos de la biblioteca central de la ciudad Universitaria fui guiado hacia un muy antiguo libro escrito por Johanes Kepler que marcaría de manera premonitoria tanto mi vida profesional dentro de la investigación en astrofísica, como mi salida de la academia décadas después.

2.1 Quiera Dios librarme de la astronomía, para que pueda dedicarme a trabajar en mi obra sobre la armonía del mundo. (Citado en Franz Hammer, "Die Astrologie des Johannes Kepler", Sudhoffs Archiv 55, 2 [1971], p. 124; ca. 1610)
2.2 He completado ya mi obra confesional... Me entrego ahora a una sagrada locura... Estoy lanzando los dados y escribiendo un libro para el presente o el futuro. No me importa cuál. ¡Quizá [el libro] deba esperar cien años para encontrar su lector! (Ibid., 1618)

Igualmente en la biblioteca de la DEPFI (División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Ingeniería, de la UNAM) un extraño evento me pondría en contacto con un texto relegado al olvido en los estantes titulado "Hacia una física de los OVNI" escrito por un físico español de nombre Francisco Aréjula López.



Nota: El autor inicia presentando la ecuación de defecto de masa, la cual predice una reducción de la masa m (incluso hasta un valor m=0) cuando existe una muy elevada carga eléctrica acumulada en el material.
Posteriormente, y de forma novelada, especula sobre un material (que permita desarrollar una tecnología capaz de alcanzar muy elevados valores de capacitancia eléctrica), hipotéticamente disponible de forma natural y abundante en una determinada zona del Universo, que podría ser utilizado por alguna civilización.
Lo anterior tendría correlación con el fenómeno electro antigravitatorio denominado: Efecto Bifield-Brown.


Algunos otros eventos premonitorios marcarían muy significativamente el resto de de mi vida, tanto profesional como en las siguientes atapas. Uno de ellos especialmente relevante y significativo estaría asociado al lugar donde se realizarían las pruebas de los instrumentos científicos cuyos desarrollos presentaría como mis trabajos de tesis, tanto de licenciatura como de posgrado.
Dicho lugar sería Tonantzintla, población del estado de Puebla muy cercana a la gran pirámide de Cholula (Tlachihualtépetl, del náhuatl: "cerro hecho a mano").

Cúpula del telescopio de 1 metro
 Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla - OANTON


Al terminar mis estudios de licenciatura y mientras realizaba mi servicio social en el Instituto de Física (IF-UNAM) recibí dos propuestas de parte de mis antiguos profesores para realizar trabajo de tesis.

La primera propuesta estaba asociada al INAOE (Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica) y de aceptarla me vincularía con el diseño y manufactura de circuitos integrados (dedicados y de baja escala de producción). Microcircuitos especializados destinados a la investigación científica y aplicaciones en robótica, incluida la biónica prostética (prótesis humanas inteligentes).

La segunda, que sería por la que optaría pues el doctor Alfonso Serrano Pérez-Grovas (entonces director, personaje de gran calidad humana cariñosamente apodado "El pingüino") a modo de motivación me ofrecería un contrato temporal para realizar mi tesis y la promesa de que, una vez titulado, sería contratado como personal definitivo dentro del grupo de electrónica del Departamento de Instrumentación del Instituto de Astronomía (IA-UNAM) dedicado al desarrollo (diseño y construcción) de instrumentación para investigación en el área de astrofísica. Mi contrato duraría por cerca de dos décadas hasta que, siguiendo mis indicaciones, abandoné la universidad para cumplir con la encomienda que me vinculaba con Teotihuacán y Egipto y que tenía relación directa con una revelación centrada en pirámides que años después (en el 2008), me sería entregada por medio de un llamado, desde otra dimensión.

Lo sincrónico, es que ambos centros de investigación: Tanto el INAOE (dependiente de la Secretaría de Educación Pública - SEP) como el OAN Tonantzintla (Observatorio Astronómico Nacional dependiente del IA-UNAM), mantenían instalaciones en terrenos colindantes. Es decir las instalaciones de ambos, aunque separadas e independientes totalmente, estaban ubicadas en el mismo punto geográfico.



Ingeniería inversa extraterrestre

Durante esas dos décadas de vida profesional académica siendo parte del IA-UNAM, tuve interacción directa con tecnologías de frontera de origen militar que habían sido obtenidas de las ya antes mencionadas tecnologías de origen extraterrestre y que estaban en la fase de transición de su uso para fines científicos inicialmente (por su altísimo costo), que posteriormente derivarían en usos civiles masivos y cotidianos.

Mi trabajo de tesis de licenciatura se concretaría en un equipo para investigación en el área de astrofísica que integraría las tres tecnologías antes mencionadas obtenidas directamente de la ingeniería inversa realizada a la nave recuperada en Roswell. Componentes muy novedosos en aquel entonces de muy elevado precio y algunos de ellos aun clasificados militarmente obtenidos por medio de contratos intergubernamentales.

Concretamente el sistema estaba integrado por un intensificador de imagen (visor nocturno) de placa microcanal que recibía la débil luz de las estrellas captadas por el telescopio y un "chip" (circuito integrado) diseñado para realizar la función de sensor de imagen de estado sólido (CCD - Charge Coupled Device, hoy día de uso común como sensor en cualquier cámara, computadora o teléfono celular). La superficies de ambos detectores estaban acopladas por medio de un "tacón" (haz tipo embudo) de fibras ópticas.





Por medio de un sistema de refrigeración centrado en un dispositivo igualmente de estado sólido (componente por aquel entonces muy costoso y de acceso restringido, que hoy día es ya de uso común y generalizado conocido como celda de efecto Peltier), se disminuía el ruido electrónico del CCD lo que aumentaba la sensibilidad del sistema



El diseño del sistema por supuesto no era mío, un estudiante apenas recién egresado de la licenciatura sin mucha experiencia en sistemas de instrumentación astronómica, sino de Élfego Ruiz, igualmente colega físico y amigo, cuya larga trayectoria de trabajo en el campo de la instrumentación para investigación en astrofísica fue reconocido años más adelante, otorgándole un muy merecido doctorado honoris causa. Él era quien estaba a cargo del proyecto en su conjunto y quien había diseñado la electrónica de control y lectura del detector CCD que fue previamente construida como parte de una tesis de posgrado dirigida igualmente por él.
Mi trabajo de tesis comprendería el diseño y construcción de la fuente de alimentación de alto voltaje requerida por el intensificador de imagen, el desarrollo de programas de prueba, la integración del sistema para puesta en operación y primeras pruebas del mismo en el OAN de Tonantzintla.

Un ejemplo que me sirve para ilustrar la extraña procedencia de aquellas tecnologías es el hecho de que, como ya mencioné antes, nuestro departamento trabajaba con diversos componentes fabricados por empresas que eran proveedoras directas de los militares norteamericanos y que obteníamos por medio delicados acuerdos intergubernamentales donde se autorizaba su importación en unidades controladas y exclusivamente con fines de investigación científica. Algunos de aquellos componentes fueron los intensificadores de imagen (dispositivos de visión nocturna) fabricados por la compañía norteamericana ITT.

Esa misma compañía había sido quien había fabricado el sensor que fue usado en el detector denominado MEPSICRON el cual, fruto del trabajo conjunto del Dr. Claudio Firmani y el Dr. Gianfranco Bisiacchi, al igual que de mi director de tesis cargo del diseño y construcción de la electrónica, les valdría ser galardonados con un premio UNAM.

Eventualmente no fue posible negociar nuevos acuerdos para la entrega de intensificadores para futuros proyectos y se hizo necesario intentar fabricarlos en el propio instituto. Sin embargo, aunque trabajaron durante muchos años con gran dedicación y empeño en reproducir aquella tecnología en el laboratorio de vacío, que era parte integrante del Departamento de Instrumentación del IA-UNAM. Algún secreto faltaba e irremediablemente los detectores "morían" (perdían paulatinamente su sensibilidad hasta ser inoperantes), algunos días, semanas o en el mejor de los casos, meses después.



La llegada del Internet a México

La descripción extensa y detallada de aquel evento hoy día ya histórico, está narrada de forma pormenorizada por quien es considerada la principal protagonista del acontecimiento, la Dra. Gloria Koenisberger, por aquel entonces directora del IA-UNAM, y autora del libro "Los inicios de internet en México".



Gloria Koenisberger 
y la antena del IA-UNAM


Dados los antecedentes sobre el origen de las nuevas tecnologías es fundamental tener presente que el Internet de hoy es derivado directo del proyecto militar norteamericano denominado ARPAnet (Advanced Research Projects Agency network). La red de intercambio de información de la actual Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa (DARPA - Defense Advanced Research Projects Agency) que fue concebida en los años 60s con el propósito de mantener las comunicaciones en caso de guerra, en el contexto de la anterior "Guerra Fría" y sustentada en los siguientes conceptos clave:

- La red debía ser descentralizada y con múltiples caminos entre dos puntos.
- Los mensajes completos debían fragmentarse y enviarse por caminos distintos.
- La red debería ser robusta (responder a su propio fallo).

Pasando a lo anecdótico, como en el caso de las tecnologías involucradas en el equipo en el que trabajé como parte de mi tesis de licenciatura sobre las cuales no tenía antecedente ni plena conciencia de su origen. Igualmente mi participación en la instalación de la antena encargada de recibir la señal satelital que conectaría a la UNAM con el correspondiente satélite geoestacionario en operación, fue totalmente inconsciente y meramente circunstancial.
El ser parte de aquel grupo a cargo de la instalación era derivado más de un espíritu colaboración, de apoyo como parte del área de electrónica del IA-UNAM (y también motivado por la curiosidad), que de ser indispensable pues ni siquiera era integrante del equipo a cargo de la instalación de dicha antena. Responsabilidad que recaía directamente en el grupo de expertos en telecomunicaciones del Instituto de Ingeniería vinculado al Ingeniero Neri Vela.



En aquellos años aquel proyecto aunque vanguardista, estaba destinado solo para el intercambio de información de uso académico y, al igual que le ocurría a la mayor parte de la humanidad, por mi parte nunca pude imaginar el enorme potencial que aquel recurso tecnológico, precursor del actual Internet, tendría en el futuro desarrollo de las sociedades de buena parte del planeta.

Una vez operativo el sistema, uno de los fenómenos sociales (en escala micro) que empecé a observar en el instituto una vez asignados los primeros correos electrónicos, fue el hecho de que ahora cada vez más los colegas citaban a reuniones a través de estos y no como se hacía anteriormente, pasando a informar a la oficina de cada uno de los participantes. Fenómeno que en la actualidad incluso ha llegado a niveles que hacen posible las videoconferencias internacionales con múltiples participantes, sin salir de casa.

Aquella posibilidad de acceso al entonces muy novedoso recurso del correo electrónico me vincularía, nuevamente de forma inconsciente, con una curiosa anécdota igualmente premonitoria de mi futura relación con los Himalayas. Un amigo originario de Costa Rica que radicaba en la Ciudad de México aficionado al alpinismo, me comentó que un amigo suyo estaba intentando el ascenso al Chomolungma (la montaña conocida como Everest en Occidente) y que gracias a sus patrocinadores llevaría consigo un teléfono satelital capaz de recibir correo electrónico. Dado que yo era una de las pocas personas que en aquel entonces podían comunicarse por ese medio en el país, me pidió le enviara un mensaje de su parte.

Cerca de dos décadas después y ya fuera de la universidad siguiendo el ya antes mencionado camino marcado por la entrega de revelaciones enviadas desde otras dimensiones, llegaría a mantener un muy estrecho vínculo con un muy querido amigo quien fungió como primer enlace entre México y el Tíbet.




Guerras galácticas

Años después y como parte de mi tesis de posgrado trabajé desarrollando la electrónica de control de un sistema de óptica adaptativa (OA). Novedosa tecnología que buscada (en el límite teórico) eliminar totalmente la turbulencia atmosférica que degrada la resolución de las imágenes, lo que permitiría acercar la calidad de las mismas a las que es posible obtener con telescopios ubicados en el espacio.

Si bien nosotros en el IA-UNAM trabajábamos con modestos presupuestos de apenas decenas de miles de dólares y solo para fines astronómicos, aquellos sistemas de OA estaban siendo desarrollados en proyectos clasificados de  defensa de los EUA, contando con presupuestos de miles de millones de dólares y asociados al SDI (Strategic Defense Iniciative). Iniciativa de Defensa Estratégica mejor conocida como "Guerra de Galaxias" (Star Wars), que involucraba láseres de ultra alta potencia.

Igualmente, aquellos sistemas capaces de eliminar perturbaciones dinámicas (como la turbulencia atmosférica), podían operar en aviones o en telescopios espaciales destinados a la captura de imágenes terrestres muy detalladas (de alta resolución), que por ejemplo, podían ser utilizadas para el espionaje con fines militares.

Antes de pasar a narrar los eventos que empezarían a ser extraños y delicados, y que me llevarían a abandonar definitivamente mi cómoda posición en la academia, me detendré un momento en el siguiente caso que ejemplifica perfectamente el vínculo existente entre la investigación científica y tecnológica actual (en prácticamente todas la áreas) y el gran negocio de la guerra vinculado al llamado Complejo Industrial Militar (CIM) de los EUA.

Con la intención de construir una cámara infrarroja capaz de detectar las colisiones del cometa Shoemaker-Levy 9 sobre la superficie de Júpiter, mismas que ocurrieron en Julio de 1994, con la suficiente anticipación fuimos enviados tres integrantes del departamento a una larga gira por diferentes laboratorios y observatorios norteamericanos. Ese viaje tenía como propósito principal traer con nosotros (en mano) un detector infrarrojo de estado sólido cuyo costo fue de alrededor de $100,000 (USD). Tecnología militar clasificada en uso estratégico incluso hoy día, y sobre la cual nada puedo mencionar dado el contrato intergubernamental de alta confidencialidad que como requisito de entrega debió ser firmado.




Comandos cósmicos

Si bien hasta este momento, aunque se ha hecho mención inicial sobre tecnologías militares obtenidas por medio de ingeniería inversa extraterrestre, lo que es ya en si mimo una temática polémica, solo lo he hecho en el contexto de la investigación científica académica. Sin embargo eventualmente las cosas llegarían mucho más lejos.

En uno de aquellos congresos internacionales a los cuales asistía llevando parte de la información asociada a los sistemas que estábamos desarrollando, desde otra dimensión y de manera milagrosa fui interferido. 

Derivado de aquellos eventos empezarían a darse una serie de contactos y entregas con seres sutiles que se presentarían de forma genérica como integrantes del CCCR (Comando Cósmico Código Regina).
Presencias que se identificarían como procedentes de Orión y Las Pléyades principalmente y que posteriormente me harían entrega de diversas revelaciones centradas en el vínculo cósmico de la tecnología piramidal.
Dichas revelaciones estaban asociadas a una encomienda de reactivación que venía de milenios atrás y que tenían como condición de entrega que abandonara de manera voluntaria cualquier relación existente con aquellas tecnologías militares orientadas a someter a la humanidad y mantenerla bajo el control financiero del imperio.

Tecnología piramidal e
ingeniería inversa extraterrestre
 Poder, ciencia y tecnología
Complejo Industrial Militar
Dra. Carol Rosin
Wernher von Braun


Igualmente por intermediación del CCCR años después fui informado de que se había impedido mi ingreso al país sede de aquel congreso con el fin de evitar mi muerte




Entregas de los Países bajos

En el momento presente que esto escribo, múltiples y muy significativas han sido en mi vida las sincronicidades que me han vinculado con los Países Bajos (Netherlands), la anteriormente denominada Holanda. 
Por un lado escribo desde una casa ubicada en el campo que me fue entregada por una mujer cuya madre es originaria de Ámsterdam, la única ciudad europea que he visitado y ello por haber sido escala (con tiempo suficiente) en el trayecto de ida del viaje que me fue indicado realizar a Egipto.

Mi actual lugar de residencia fue construido gracias a que a ella le fue señalado el lugar el año 2012. En el 2017 y con las consiguientes revelaciones sobre eventos inminentes para el planeta, me fue revelada la entrega de una casa fuera de la ciudad. Por su parte a ella igualmente le fue indicado hacer la entrega de su propiedad y milagrosamente ambos fuimos puestos en contacto. 
Nuevamente de forma milagrosamente sincrónica, la casa entregada está localizada muy cerca de un bosque con el que yo había sido vinculado dos décadas atrás.

En la etapa que marcaría el final de mi vida académica en la universidad, alrededor de mediados de los 90s, mientras trabajaba en el sistema de OA que me llevaría a diversos congresos internacionales y me vincularía con proyectos militares de la antes mencionada "Guerra de galaxias", sincrónicos eventos y un llamado interno me llevaría a una estrecha relación con Alejandro Rodríguez. Un colega físico, egresado igualmente de la Facultad de Ciencias de la UNAM, que había sido contratado temporalmente en el IA-UNAM después de haber realizado sus estudios de doctorado en Eindhoven (Netherlands) y su tesis en la Philips.

La relación con Alejandro me pondría en contacto primero con la tradición iniciática de la toltecayotl (toltequidad), que posteriormente me vincularía con la mediumnidad, y de allí con una sanadora de nombre Pachita que realizaba curaciones milagrosas que incluían materializaciones de órganos que fueron presenciadas por el Dr. Jacobo Grinberg, colega universitario investigador de la facultad de psicología, quien dejaría testimonio de las mismas en uno de sus libros. Esos encuentros, que se multiplicarían, derivarían en mi salida de la universidad para atender las previamente mencionadas revelaciones recibidas. Compromisos espirituales que involucraban a Teotihuacan y a la Gran Pirámide de Gizah, en Egipto.



Adaesuz, un ser de Andrómeda

Las sincronicidades con Grinberg igualmente empezarían a multiplicarse al punto que aquel equipo de OA en el que yo trabajaba alrededor de mediados de los 90s en el laboratorio de detectores de IA-UNAM, lo encontraría descrito literalmente de manera sintética en las primeras páginas de un libro publicado por él en el año 1991, tres años antes de su desaparición. Evento que él igualmente había anticipado en ese mismo libro.


"... decidieron utilizar la luz láser, se percataron de la necesidad de registrar la posibilidad de mínimas desviaciones de su trayectoria. Armaron un complicado aparato lleno de espejos ... "


Pasada casi una década ( alrededor del 2003) de manera milagrosa me fue entregado dicho libro titulado "El Prototipo". En él encontraría también la confirmación que yo ya tenía sobre la ubicación y función de aquel bosque con el cual había sido vinculado apenas algunos meses atrás dela entrega del libro.
Bosque custodio de un portal directamente asociado a la desaparición de Jacobo, según las revelaciones que el mismo había dejado escritas y que me fueron entregadas, junto con aquel bosque.

Nota: Lo anterior guarda relación con el antes mencionado premonitorio encuentro con aquel muy antiguo libro de Kepler. Más de dos décadas después, cuando ya había abandonado mi puesto en la universidad para cumplir mi compromiso en Egipto, un secreto guardián del portal de Cincalco ubicado en el bosque de Chapultepec (ver: Citlalminame entregaría una profunda revelación sobre la relación existente entre las dimensiones y el tiempo. Una octava de conocimiento superior que Kepler guardó en su hoy llamada "3a Ley" pero cuyos alcances son mucho mayores que aquellos reconocidos por la astronomía contemporánea. Temática de iniciados magistralmente expuesta en la obra de Rodney Collin titulada "El desarrollo de la luz.



En una entrega posterior igualmente me sería revelado el nombre del ser sutil que se me presentaba años atrás, durante las meditaciones que realizaba cuando trabajaba en aquel sistema de OA, aun en el IA-UNAM.
Luminosa presencia que parecía acompañarme y que fue percibida igualmente por uno de los abogados (meditador sij: practicante de yoga kundalini) a cargo de los trámites jurídicos vinculados a la custodia del ya antes mencionado bosque. 
Profundas revelaciones que se confirmarían con la entrega del libro titulado "La fuerza vital del cielo anterior" en el que Grinberg hace mención de Adaesuz, un ser de Andrómeda.


"... aunque ya no se les puede ver, todavía se puede invocar su imagen. Y aparecerán en el momento y en el lugar en que pueda ser de utilidad que lo hagan. A quienes su aparición les podría atemorizar, les dan sus ideas."
26 Manual del Maestro - Un Curso de Milagros


Al igual que cuando de manera meramente circunstancial colaboraba en la instalación de aquella antena en la azotea del IA-UNAM, me ciento profundamente inconsciente sobre los futuros alcances que tendrán para la humanidad el cúmulo de eventos y las correspondientes revelaciones que he recibido y que me han vinculado durante décadas con Jacobo Grinberg y Antonio Velasco Piña, así como con algunos otros seres sutiles, entre ellos quien fuera conocido como el médium cubano Jorge Berroa del Río.


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"8 Los astrónomos entenderán, una vez más, por qué los antepasados consideraban la pirámide como el portal hacia las estrellas y como la forma a través de la cual las inteligencias estelares vienen a servir a la creación humana. Una vez más, el Hombre entenderá cómo las geometrías de la pirámide fusionan espacio, tiempo y materia para formar el foco ideal para la transmisión de energía estelar." 
Clave 1-0-6 :  "Las claves de Enoch" (J. J. Hurtak - Academia para la Ciencia Futura)  


Tecnología de Transcomunicación y Translocalización Piramidal Interdimensional (TTTPI)